El grabador, pintor y arquitecto Guillermo Rodríguez Camacho fue un gran admirador de las culturas indígenas y de la historia antigua de México. Así lo muestra este grabado en linóleo, titulado “Un nuevo sol”.
Hoy 13 de agosto de 2021, a 500 años de la caída de México-Tenochtitlan, resulta oportuno recordar esta obra de quien fuera integrante del Taller de Gráfica Popular y discípulo de grandes muralistas, como David Alfaro Siqueiros, entre otros.
Un nuevo sol. Sin fecha. Grabado en linóleo . 12.6 X 17.6 cm. Firmado: “Kamacho.” Archivo familiar. Foto: Iliana Rodríguez.
Como artista perteneciente al Taller de Gráfica Popular en la década de los 1950 y como discípulo de los grandes muralistas mexicanos, mi padre, Guillermo Rodríguez Camacho, amaba y admiraba las tradiciones de México.
Con el tema de las fiestas mexicanas decembrinas, recuerdo varias obras de mi padre. En primer lugar, me acuerdo de un cuadro suyo, quizás acrílico sobre masonite, con el tema de la piñata. Lo vendería a algún cliente de los que iban en los 1970 a comprar pinturas los domingos al Jardín del Arte, en Sullivan, o los sábados a San Ángel, ambos en la Ciudad de México.
Mi papá sacaba fotos de sus obras, supongo que para conservar una suerte de catálogo de su obra. Una de esas fotos, la del cuadro de la piñata, tuvo un destino festivo, pues la utilizó para elaborar tarjetas de felicitación decembrina que enviaban él y mi madre a sus amigos y familiares. Él mismo pegaba la foto a una tarjeta y escribía la felicitación.
Otras obras alusivas a las fiestas decembrinas son dos grabados de mi padre. De uno de ellos se conserva una foto en el archivo familiar. Se trata de una procesión para cargar los Peregrinos y pedir posada. Sobre la gente se ve una piñata y se lee la inscripción: «Feliz año».
Negativo fotográfico de un grabado de Guillermo Rodríguez Camacho. Archivo familiar. Foto: Iliana Rodríguez.
Además de este grabado, se conserva otro en un repositorio de The Bancroft Library, de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos. En su colección dedicada al Taller de Gráfica Popular, se conservan dos obras de mi padre. Uno de ellas (número BANC PIC 1999.039:0580–B, identificada en el catálogo como «Piñata», es un grabado en el que se observa a una mujer elaborando una piñata con forma de burrito. En el piso, a su lado izquierdo, hay otra ya terminada, también en forma de burrito, en la cual se lee «Poli» (manera familiar de llamar al Instituto Politécnico Nacional). La mujer está peinada con trenzas. Lleva un vestido y un delantal, y va descalza. En una mesita hay una olla de barro y papel para hacer las piñatas. En la esquina inferior izquierda, se ve la firma: Camacho (la firma de mi padre evolucionó de «g.r.» a «Camacho», y de ahí a «Kamacho»). Próximamente espero adquirir los derechos correspondientes para publicar aquí la imagen de este grabado.
Con estas notas les deseo una saludable temporada decembrina.
En 1954 se publicó un folleto con grabados y calaveritas literarias del Taller de Gráfica Popular, titulado Calaveras desvalorijadas… al trabajo fecundo y creador. En la página 3 se incluye un grabado de Guillermo Rodríguez Camacho, mi padre, quien fuera miembro del Taller por aquellos años.
Esta calavera aparece como obra anónima en el catálogo El Taller de Gráfica Popular en México 1937-1977, elaborado por Helga Prignitz. Hace unos meses, el coleccionista Peter Schneider me hizo notar que la obra probablemente era de la autoría de mi padre. Aunque la familia conserva el grabado, la identificación en el catálogo de Prignitz no me había sido posible, ya que allí se consigna como obra anónima y no se incluye la imagen.
El grabado, efectivamente, es de la autoría de Guillermo Rodríguez Camacho. Su firma de aquel entonces (g.r.) puede observarse en la esquina inferior izquierda del grabado. Es la misma firma que utilizó en otras obras de esa época; la misma con que marcó sus gubias de artista, como se observa en la foto de abajo.
Guillermo Rodríguez Camacho, «Contra la carestía, los monopolios y el sindicato de los boxeadores». Foto: Iliana Rodríguez, 2020 (del ejemplar del grabado suelto del archivo familiar).
En el catálogo de Prignitz, se describe así la publicación donde aparece el grabado:
"Calaveras
1954
[...]
1013-1016
Colectivo:
Calaveras desvalorijadas... al trabajo fecundo y creador
Plegado en cuatro páginas y quince grabados en linóleo
3000 ejemplares se publicaron en el TGP, financiados por el diario El Popular
47.5:35 cms
Col. TGP
[...]
1015 P. 3. Contra la carestía, los monopolios y el sindicato de boxeadores".
En Calaveras desvalorijadas, el grabado se publica junto con una calaverita literaria, anónima, que trata acerca del legendario boxeador Raúl Ratón Macías en su pelea contra el estadounidense Nate Brooks. La pelea tuvo lugar el 26 de septiembre de 1954 en la Plaza México.
¡Viva que viva el Ratón! ¡Un abrazo a mi campeón!
No hubo calaca de veras
que por ver la del Ratón
no fuese al único expendio
de los boletos del box,
a dormir bajo la lluvia
o quemarse con el sol.
Porque la Empresa anunció
suprimir revendedores,
que ningún radio daría
reseñas del match y no
se vería en televisión.
El radio dio la reseña;
en televisión se vio.
Y aún más: la Empresa taimada
entre amigos repartió
buen tanto del boletaje
para la especulación,
y así expoliar, a sus anchas,
del público la afición.
A tendido fue la Muerte
para ver a su Ratón,
y cuando este a su contrario
muy resuave le sonó
se puso tan exitada
que hasta la silla rompió.
Repuesta de la emoción
se puso a reflexionar
en que la Empresa leonina
al "otro lado" encamina
millones del entradón.
Gacho es que hasta la cecina
nos arranquen de un jalón,
empeñada la leontina
y en la bolsa... ¡ni un tostón!
Exclamó la Parca Fría:
¡Viva y reviva el Ratón
que a México el triunfo dio!
Mas los "vivales" son otros...
¡Ah, qué tiempos, don Simón!
Y empuñando la guadaña
a los vivales quebró
los huesos del espinazo
y a la fosa los echó.
En la calaverita, como se observa, se critica a la Empresa por hacer un negocio redondo con las entradas. Este llevarse «al otro lado», a Estados Unidos, el dinero, tiene su correlato en el grabado, donde se puede ver a una calaca (la Comisión Internacional de Box), con el sombrero del Tío Sam, llevándose una carretada de dinero.
La periodista Bertha Hernández recuerda así aquella pelea del Ratón en el periódico La Crónica:
"No importó que el 26 de septiembre de 1954, cuando El Ratón le disputó a Nat Brooks el título de campeón de Norteamérica, fuese un día lluvioso: las 65 mil entradas de la Plaza México se vendieron completas, y ante la expectación que causaba la pelea, y con la bendición del Regente del Distrito Federal, Ernesto P. Uruchurtu, también se transmitió por televisión.
"La ciudad se quedó desierta, paralizada otra vez. Se supo que, los que tenían televisor, invitaron a los amigos —en zonas acomodadas— y los que tenían un aparato, pero estaban en rumbos más populares, rentaron, por unos pocos centavos, un banco, una silla, para que los vecinos, convertidos en clientes, pudiera ver pelear a El Ratón. Los menos afortunados, que no tenían ni amigos ni vecinos con televisión, pudieron ver la pelea en los televisores de los escaparates de las tiendas. El Ratón no defraudó a sus leales; venció a Nat Brooks y se convirtió en retador al título mundial, que ganó al año siguiente, en marzo de 1955, al vencer a un tailandés, Chamroern Songkitrat".
Con estos apuntes sobre la obra de mi padre, Guillermo Rodríguez Camacho, lo recuerdo hoy, en vísperas del Día de los Muertos.
El pintor y grabador Guillermo Rodríguez «Kamacho» —mi padre— realizó este Zapata en 1992. Iba a ser la ilustración del número de abril de una gacetilla llamada Anáhuac, de cuyo consejo editorial yo formaba parte por entonces. Mi papá, generoso como era, se emocionó con el tema que le propuse, y acabó haciendo este dibujo en tinta. Como era demasiado para ilustración y, además, ya se nos había pasado la fecha de entrega, acabó regalándome esta obra para mi cumpleaños, en mayo, con una dedicatoria:
Para mi hija Iliana Rodríguez. G. R. Kamacho. 30-V-1992
Dibujado por quien fuera miembro del Taller de Gráfica Popular en los 1950, este Zapata cobra nueva vida en el contexto del 100º aniversario luctuoso del Caudillo del Sur. Me hace pensar en cómo la generación de mi padre veía a este personaje de la historia nacional.
Iliana Rodríguez
CDMX, 2019
Zapata, por Guillermo Rodríguez Kamacho, 1992. Foto: Iliana Rodríguez, 2019.
Detalle de Zapata, por Guillermo Rodríguez Kamacho, 1992. Foto: Iliana Rodríguez, 2019.
El pintor Guillermo Rodríguez Camacho hizo estos dibujos para un Día de Muertos (fecha desconocida). Ahora que ya no está con nosotros, lo recordamos con esta ofrenda virtual.
Iliana Rodríguez
Dibujo: Guillermo Rodríguez Camacho.
Dibujo: Guillermo Rodríguez Camacho.
Dibujo: Guillermo Rodríguez Camacho.
Guillermo Rodríguez Camacho (Ciudad de México, 1927-2008).
Estas fotografías muestran algunas escenas posteriores al terremoto del 19 de septiembre de 1985 en México. Fueron tomadas por mi padre, Guillermo Rodríguez Camacho, en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, en tres sesiones: el 28 de septiembre, el 2 de noviembre y el 8 de noviembre de aquel año fatídico. El primer juego consta de 36 fotos; el segundo, de 37; y el tercero, de 38. Se trata de impresiones en papel. No se conservan los negativos. Algunas de las zonas fotografiadas son la Unidad Nonoalco-Tlatelolco (donde vivíamos), el Metro Hidalgo, la Vocacional de la Ciudadela, el Eje Central, la SCOP, Televisa y otros edificios derrumbados o dañados en el terremoto y sus réplicas. Por ahora, publico aquí solo el material correspondiente a Tlatelolco.
El arquitecto Kamacho –así firmaba mi padre sus trabajos en los últimos tiempos–, además de ser un artista plástico, se dedicó a documentar, por medio de la fotografía, algunos momentos significativos de la vida cotidiana y la cultura en México.
En este aniversario de los terremotos del 19 de septiembre de 1985 y 2017, comparto con ustedes este material: doloroso, emotivo, elocuente.
Iliana Rodríguez
Coyoacán, Ciudad de México, 19 de septiembre de 2018
Fotos tomadas el 28 de septiembre de 1985, en Tlatelolco
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Fotos tomadas el 2 de noviembre de 1985, en Tlatelolco
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Fotos tomadas el 8 de noviembre de 1985, en Tlatelolco